Alteraciones auditivas en el adulto mayor


Dentro de las alteraciones sensoriales de los ancianos, la disminución de la audición es un factor que repercute negativamente en el objetivo fundamental de este grupo etario: el envejecimiento activo.


La transición demográfica determina un aumento de la esperanza de vida, pero está acompañada por un incremento de prevalencia de determinadas enfermedades -los trastornos de audición son una de éstas-. Se estima que entre el 70 y el 80% de los adultos mayores de 65 a 75 años de edad padecen presbiacusia -pérdida progresiva de la capacidad para oír altas frecuencias-. Aunque se trata de una realidad, los propios ancianos suelen minimizar este déficit; por tal motivo, es fundamental que tomen conciencia sobre la situación para que logren mantener su calidad de vida y la integración social.


Una vez detectado el deterioro auditivo, la persona tiene que concurrir al otorrinolaringólogo para descartar, en primera instancia, la presencia de un tapón de cerumen y lesiones timpánicas; luego, se procederá a la ejecución de pruebas de recepción del sonido -voz susurrada- y audiométricas -audiometría tonal y verbal-.  En materia de tratamiento, en la actualidad no se cuenta con ninguna medida médica o quirúrgica que cure o detenga la evolución de la presbiacusia.

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