Presentaciones inusuales de las enfermedades en los ancianos

En los ancianos, muchos trastornos comunes no presentan sus características distintivas. Asimismo, los ancianos pueden tener síndrome geriátrico inespecífico (p. ej., delirio, mareos, síncope, caídas, pérdida de peso, incontinencia). Estos síndromes se deben a múltiples enfermedades y deterioros; sin embargo, los pacientes pueden mejorar con sólo corregir algunos de los factores desencadenantes. Una estrategia aún mejor consiste en identificar los factores de riesgo para estos síndromes y corregir tantos como sea posible, lo que permite reducir la probabilidad de que se desarrolle el síndrome.

Aunque casi todas las enfermedades o intoxicaciones farmacológicas pueden causar síndromes geriátricos, las siguientes entidades tienen más probabilidades de desencadenar 1 o varias de ellos en lugar de provocar los signos y los síntomas típicos.

Un infarto intestinal agudo puede sospecharse en un paciente con confusión aguda El dolor y la hipersensibilidad a la palpación abdominal pueden ser mínimas o estar ausentes.

El dolor de la apendicitis tiende a comenzar en el cuadrante inferior derecho más que en el área periumbilical. Finalmente, el dolor puede diseminarse a todo el abdomen en lugar de localizarse en el cuadrante inferior derecho. No obstante, la sensibilidad a la palpación en ese cuadrante es un signo temprano significativo.

La bacteriemia causa febrícula (o fiebre) en la mayoría de los pacientes ancianos, aunque este signo puede estar ausente. La fuente de la bacteriemia puede ser difícil de identificar. Los ancianos pueden tener manifestaciones inespecíficas (p. ej., malestar general, anorexia, sudoración nocturna, cambios en el estado mental de causa desconocida).

Los trastornos biliares pueden producir un deterioro mental y físico inespecífico (p. ej., malestar general, confusión, pérdida de la motilidad) sin ictericia, fiebre ni dolor abdominal. 

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